Millones de estadounidenses acudieron este martes desde temprano a las urnas
para elegir al próximo presidente de EU entre el demócrata Barack Obama, que
busca la reelección, y el republicano Mitt Romney, en una jornada que transcurre
con normalidad.
Los centros de votación en los 50 estados de la
nación, que tiene seis husos horarios, ya abrieron sus puertas, los últimos en
Hawaii, y los de la costa Este serán los primeros en cerrar en torno a las siete
u ocho de la noche hora local (00.00 GMT del miércoles).
Escuelas públicas, iglesias y centros
comunitarios sirven de centros de votación para elegir al presidente y para
definir, además, la configuración de la Cámara de Representantes, un tercio del
Senado, once puestos de gobernador, decenas de iniciativas ciudadanas y miles de
cargos locales y estatales.
Los primeros en emitir su voto fueron los diez
habitantes de la diminuta aldea de Dixville Notch, en el estado nororiental de
New Hampshire, un minuto después de la medianoche, y el rápido escrutinio arrojó
un empate entre Obama y Romney, tal como han señalado las últimas encuestas.
Quizás por eso tanto Obama como Romney rompieron
este martes con la tradición de que los candidatos presidenciales toman un
descanso y pasan el día con sus familias para esperar los resultados.
Obama visitó una oficina de su campaña en Chicago
(Illinois), su ciudad adoptiva, desde donde llamó por teléfono a voluntarios del
estado de Wisconsin para agradecerles por "trabajar duro" en su nombre y
movilizar a los votantes.
Además, felicitó a Romney por su "enérgica"
campaña, aseguró que los seguidores de su rival son "tan comprometidos y
entusiastas" como los demócratas y agregó que también están "trabajando duro
hoy".
"Tenemos confianza en que conseguiremos los votos
para ganar", subrayó Obama, quien ya había votado por adelantado en Chicago el
pasado 25 de octubre para dedicarse hoy a realizar entrevistas para radio y
televisión.
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